El número de suicidios en España creció en 2012 hasta los 3.539 casos. Esta cifra representa una tasa de 7,5 por 100.000 habitantes. Se mire por donde se mire, es un claro incremento. Son un 11,3% más que los registrados en 2011 y la tasa más alta desde el año 2005.
La pregunta surge de forma inmediata. ¿Quiere esto decir que la crisis económica ha llevado aparejada un incremento en el número de suicidios? No, a juicio de Santiago Duran-Sindreu, psiquiatra responsable del Plan de Prevención del Suicidio del Hospital de Sant Pau de Barcelona. “Hay una coincidencia en el tiempo entre ambos factores, pero no podemos decir que exista una relación de causa efecto, eso sería atrevido”. Duran-Sindreu considera que el incremento “no es alarmante” ya que las cifras no dejan de moverse en unos valores similares a las de los últimos 15 años. En 2000 las cifras estaban en 8,4 casos por 100.000 habitantes y en 2008 en 7,5, prácticamente igual que las que reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados ayer.
Incluso con este incremento, siguen siendo estadísticas muy por debajo de los registros de los países más desarrollados. Con datos de la OCDE la tasa de España en 2011 era de 6,2 por 100.000 habitantes frente a los 8,5 suicidios en Portugal; 9,5 de Holanda; 15 de Polonia o los valores disparados de Japón (20,9) y Corea del Sur (33,3).
Lo que sí ha sucedido es que después de una tendencia decreciente desde el año 2008, a partir de 2012, la curva vuelve a crecer. Y se ha producido un incremento muy elevado respecto a 2011. “Proporcionalmente es de los más altos de la serie”, destaca Duran-Sindreu. Por ello, considera los últimos datos “llamativos”. Tanto como para que sean tomados en cuenta por las autoridades sanitarias.