Dos semanas después de su fallecimiento sigue de luto y enfadado, rompiendo juguetes y destrozando la hierba del recinto que ambos compartían
Wang, el único oso polar de África, se ha tomado muy mal la muertede su pareja de toda la vida.
Geebee, de 30 años, fue encontrada muerta el 13 de enero en
la piscina del zoo de Johannesburgo después de sufrir un ataque al corazón.
Habían estado juntos desde que llegaron al zoo sudafricano en 1985, apenas con
un año cada uno.
"Cuando la encontramos muerta, no nos dejó acercarnos a
ella", dijo a Reuters el viernes la veterinaria jefe, Katja Koeppel.
"Se negó a volver a la sala de noche. Se quedó al sol". Cuando no
estaba rondando la zona, Wang se quedaba junto al cuerpo de Geebee y apenas
comió.
Después de 24 horas, Koeppel tuvo que sedarlo para poder
recuperar el cadáver de Geebee. Durante días, Wang se mostró inconsolable,
rompiendo sus juguetes e incluso doblando la puerta de acero del recinto, contó
la veterinaria.
El viernes, permanecía en numerosas ocasiones con la cabeza
apoyada en sus formidables patas delanteras, como intentando olvidar el mundo.
Ocasionalmente levantaba la cabeza y olía el aire. "Está
asumiéndolo", dijo Koeppel.