Los problemas de fertilidad afectan al 10-15% de las parejas. En un 30% de los casos, el factor masculino es el que está detrás de esta incapacidad para tener hijos. A ese porcentaje hay que unir otro 20% en donde las causas son mixtas: tanto el hombre como la mujer tienen algún problema para concebir. "Hoy en día hay pocos tratamientos para mejorar la calidad del semen y su cantidad. Esta investigación es prometedora, pero todavía preliminar. Habrá que esperar, por lo menos, hasta ver si esta técnica es exitosa en primates", afirma Julio Herrero, coordinador de Reproducción Asistida del Hospital Vall d'Hebron, en Barcelona. Algo que reconoce el mismo equipo de Reijo en su artículo, publicado en la revista Cell Reports, en el que afirman que "se requieren futuros estudios para examinar la eficiencia de este procedimiento en un receptor primate no humano para promover la reconstitución completa de la espermatogénesis".
Porque el experimento en este caso consistió en tomar muestras de la piel de cinco hombres para transformarlas en células madre pluripotentes o iPS. Tres de ellos tenían una mutación genética en su cromosoma Y que les impide producir esperma (tenían azoospermia) y los otros dos eran fértiles. Las células iPS de los cinco fueron transplantadas en los túbulos seminíferos de los testículos de ratones, que previamente habían sido modificados para que fueran estériles.
Lo que comprobaron fue que, una vez inyectadas en los testículos, las iPS se fueron transformando en células madre espermatogénicas, es decir, las precursoras de los espermatozoides. "En este modelo de trasplante, hemos visto la mejor diferenciación a línea germinal que habíamos observado hasta ahora. Estamos sorprendidos por la eficiencia. Nuestro sueño es utilizar este modelo para fabricar un mapa genético de diferenciación de células germinales humanas, incluidas algunas en unos estadíos muy tempranos", adelanta Reijo. Y aunque en el trabajo se comprobó que las iPS de los varones estériles produjeron menos células germinales que las de los hombres fértiles, sí que da esperanza para pensar que, en un futuro, este tipo de esterilidad no sea impedimento para tener hijos.
Si diferenciar células de la piel en otras como neuronas o musculares es algo complicado, lo es mucho más cuando se persigue conseguir espermatozoides u óvulos, como explica Cristina Eguizabal, responsable de la Unidad de Terapia Celular del Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos del Servicio Vasco de Salud. "Un gameto sufre una serie de cambios, denominados meiosis, para convertirse en una célula haploide [con 23 cromosomas] a partir de una diploide [con 46 cromosomas]. Esto hace más compleja la diferenciación para estas células que, por ejemplo, para los cardiomiocitos [las del corazón]. También a nivel epigenético, para que sean funcionales requieren de muchos más pasos. Todo esto complica y hace más tediosa la investigación in vitro con estas células, porque además no se conocen muchas cosas sobre los gametos en cuestión de marcadores de diferenciación. El de Reijo es uno de los pocos grupos serios que investiga sobre líneas germinales".
El factor masculino de la esterilidad
La azoospermia, trastorno que padecen tres de los participantes de este estudio, se trata de una anomalía que conlleva la inexistencia de espermatozoides en el eyaculado. Se estima que ésta es la causa del 5% de las parejas con problemas de fertilidad. Se produce bien porque los conductos deferentes estén obstruidos o porque haya una causa genética u hormonal. En la primera situación, mediante una biopsia se recupera el esperma del testículo y luego con una técnica de fecundación in vitro se fecunda el óvulo. En cambio, si la causa es genética, "ahora mismo no se hace nada, salvo recurrir a un banco de semen. Ahí es donde este tipo de investigaciones entraría en juego. Pero hay que probar su eficacia y seguridad", explica José María Vendrell, jefe de la Unidad de Andrología de Salud de la Mujer Dexeus.