viernes, 2 de mayo de 2014

Las resistencias a los antibióticos se ceban con España

  • Los esfuerzos han logrado mejorar la situación en los últimos años

  • La tasa de bacterias resistentes llega al 54% en algunos rincones del planeta

  • Las resistencias prolongan las estancias en el hospital y triplican el coste económico

Aunque dentro de la fotografía mundial España aparece bien situada, cuando únicamente se analizan cifras europeas, nuestro país figura en el grupo de cabeza de países con mayores tasas de microorganismos resistentes a los antibióticos. Así se desprende del primer informa mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que considera este problema como una de las principales amenazas para la salud pública en todo el problema.
Hasta tal punto existe preocupación en el organismo sanitario de Naciones Unidas que su subdirector general, el doctor Keiji Fukuda,ha alertado de que el mundo se puede ver pronto abocado a "una era postantibióticos, en la que infecciones comunes y lesiones menores que han sido tratables durante decenios volverán a ser potencialmente mortales".
Imagen de una cepa de la bacteria Escherichia coli.
El informe analiza siete de las bacterias más frecuentes (tanto en el ámbito hospitalario como fuera de él) en 114 países de todo el mundo y sus conclusiones son preocupantes: "Si no cambiamos nuestra forma de producir, prescribir y utilizar los antibióticos, el mundo sufrirá una pérdida progresiva de estos bienes de salud pública mundial".
Infecciones urinarias, neumonías, heridas y suturas quirúrgicas, diarreas, gonorrea y otras enfermedades de transmisión sexual... No hay apenas una familia de infecciones comunes que se libre de las cepas que han dejado de responder a los antibióticos más habituales, como los carbapenémicos, las fluoroquinolonas, las cefalosporinas o la meticilina.
Por ejemplo, según datos extraídos por EL MUNDO del atlas mundial de la OMS, en España la tasa de Escherichia coli (responsable del 80% de infecciones urinarias) resistente a fluoroquinolonas es del 34,5% (y un 12% no responde a cefalosporinas de tercera generación), lo que nos sitúa como uno de los países con peor perfil, junto a Grecia, Italia o Portugal.