martes, 22 de abril de 2014

Un almacén de basura debajo de los árboles

El suelo de las masas forestales españolas acumula el carbono equivalente a 29 años de emisiones de CO2


El clima y la gestión de los bosques son clave para evitar que salga a la atmósfera


Los bosques son una de las grandes defensas naturales contra la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. La biomasa de la floresta (troncos, hojas, raíces, etcétera) de España almacena alrededor de 635 millones de toneladas de carbono, lo que equivale al CO2 emitido de origen antrópico, aquel que se produce por la mano del hombre, producido en el país en más de siete años. Pero, además de las plantas, el suelo realiza un papel fundamental en la mitigación del cambio climático. Según un estudio publicado en la revista Biogeoscience, las tierras de las masas forestales españolas mantienen unas reservas de 2.544 millones de toneladas de carbono. Es decir, el equivalente al dióxido de carbono emitido en España en 29 años, teniendo en cuenta la media que se expulsó en el país entre 2001 y 2010.
El estudio realizado por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), el Centro Tecnológico Forestal de Cataluña y la Universidad Autónoma de Barcelona, expone también las variantes que determinan la capacidad que tienen un suelo para secuestrar el carbono: el clima y el tipo de vegetación. Los terrenos de árboles de hojas perennes son menos eficaces que los bosques mixtos. Y las altas temperaturas y los bajos índices de humedad, reducen la capacidad de almacenamiento. Esta variabilidad en la capacidad de absorción del suelo dibuja un cuadro heterogéneo de la concentración de carbono en la Península. En Galicia o Asturias se acumulan más de 11 kilos por metro cuadrado. Estas comunidades representan las zonas atlánticas, con bajas temperaturas, altos índices de humedad y una vegetación más típica del centro de Europa. En el lado contrario están Andalucía, Extremadura o Murcia, en las que la media de almacenamiento no llega a los siete kilos por metro cuadrado. Comunidades más calurosas y secas, y en las que predomina una vegetación mediterránea.
Según el último informe del IPCC, el panel de expertos de cambio climático de la ONU, la temperatura en Europa podría subir entre 1,5 y 4 grados, dependiendo del nivel de emisiones, y se reducirán drásticamente las precipitaciones. “Si aumenta la temperatura en las zonas húmedas, como Galicia, probablemente los microorganismos del suelo trabajarán más rápido, consumirán más materia orgánica, y emitirán más CO2”, explica Enrique Doblas, investigador del CREAF, que ha participado en el estudio. Doblas matiza que este primer estudio es solo una “foto fija” de la situación actual, y que aún se desconoce si el suelo forestal ya ha comenzado a emitir carbono a la atmósfera.
El suelo es el mayor sumidero del mundo, capaz de almacenar tanto carbono como la atmósfera y la vegetación. Según el investigador del CREAF, a nivel mundial puede secuestrar hasta 145 veces las emisiones que se producen por la quema de combustibles fósiles y el cambio de usos del suelo.
Galicia y Asturias acumulan más de 11 kilos de CO2 por metro cuadrado