miércoles, 21 de mayo de 2014

Un chip inalámbrico para prevenir y tratar enfermedades desde dentro del cuerpo

El uso de dispositivos electrónicos colocados dentro del cuerpo humano con fines médicos se perfila como una terapia prometedora. Desde hace años, laboratorios de todo el mundo trabajan en el desarrollo de estos implantes, que ya están siendo utilizados con resultados esperanzadores, por ejemplo, en pacientes con enfermedades neurodegenerativas.
Pero como ocurre con muchos de los dispositivos electrónicos que usamos en nuestra vida diaria, uno de los obstáculos de estos implantes es el suministro de energía. Normalmente llevan baterías que deben sustituirse cada cierto tiempo mediante una nueva intervención, una desventaja para la que un equipo de ingenieros de la Universidad de Stanford (EEUU) propone una alternativa en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
El equipo liderado por John Ho ha desarrollado un dispositivo electrónico muy pequeño, con un tamaño equivalente al de un grano de arroz, que es alimentado mediante un sistema inalámbrico basado en ondas electromagnéticas que cuenta con otro elemento externo. Este segundo dispositivo, parecido a una tarjeta de crédito, se coloca sobre la piel del paciente en la misma zona en la que se encuentra el implante interno para recargarlo.
Comparación del tamaño del nuevo dispositivo sin cables, a la...
De momento, tienen un prototipo que sólo ha sido probado en animales (en concreto, en un cerdo y en un conejo, al que se le implantó un minúsculo marcapasos). Ya están preparando los ensayos con humanos y en breve solicitarán los permisos para llevarlos a cabo. "Esperamos iniciar el proceso para realizar los ensayos clínicos el próximo año y comenzarlos en dos o tres años. Tardaremos entre cinco y 10 años en determinar qué método usamos para comercial los dispositivos médicos", explica Ho a través de un correo electrónico.
El equipo de Stanford sostiene que los implantes electrónicos podrían suponer una alternativa a las terapias con fármacos, aportando la ventaja de que el dispositivo actuaría de forma localizada, es decir, sólo en el área deseada y no de forma generalizada como la mayor parte de los medicamentos. Pero las relativamente voluminosas baterías que llevan muchos de los dispositivos médicos disponibles en la actualidad, añaden, están impidiendo que su uso se extienda:«Tenemos que hacer que estos dispositivos sean tan pequeños como sea posible para implantarlos de una forma más sencilla en el cuerpo y desarrollar nuevas formas de tratar enfermedades y aliviar el dolor», afirma la investigadora Ada Poon, coautora de este trabajo, en un comunicado.

Ondas electromagnéticas

El nuevo sistema se basa en la tecnología de las ondas electromagnéticas, que llegan al dispositivo interno a través de la piel utilizando una potencia equivalente a la de un teléfono móvil. Afirman que su implante médico es seguro para la salud basándose en el examen que ha hecho un laboratorio independiente a la Universidad de Stanford que se encarga de medir las emisiones de los teléfonos móviles, y que concluye que los niveles de emisiones están por debajo de los que se consideran seguros para la salud humana. "Los niveles de exposición alcanzan la mitad del máximo permitido para teléfonos móviles. Creemos que la exposición puede reducirse aún más mejorando el diseño de la placa metálica, aunque los actuales dispositivos ya podrían usarse en humanos", asegura Ho.