Un equipo internacional de investigadores ha constatado en humanos que los recuerdos se pueden borrar de manera selectiva mediante la terapia electroconvulsiva (TEC), aplicada poco después de que los citados recuerdos sean evocados.
En él participan, entre otros, el británico Bryan Strange,
director del laboratorio de Neurociencia Clínica, en el Centro de Tecnología
Biomédica (Universidad Politécnica de Madrid), y Guillén Fernández, director
del Donders Centre for Neuroscience, Holanda.
El experimento se realizó en Holanda con 39 pacientes
diagnosticados con depresión y a los que ya se les aplicaba la TEC. Los investigadores les hicieron aprender dos historias con
contenido emocional -una de una atraco y otra de un accidente-, una semana
antes de que les fuera aplicada la terapia electroconvulsiva.
El objetivo, evocar sus recuerdos sobre esa historia
desagradable que se habían aprendido.
Veinticuatro horas después, los investigadores preguntaron a
los pacientes que recordaran ambas historias y constataron que aquellos que
recibieron electroconvulsiones presentaron una pérdida de memoria al intentar
recordar la historia reactivada antes de la TEC.
"Este experimento demuestra que se pueden disminuir los
recuerdos selectivamente", según Strange, y confirma que existe un proceso
de reconsolidación de la memoria.
Y es que históricamente la neurociencia ha hablado de tres
fases en la memoria: codificación, consolidación y proceso de recuerdo, pero
desde hace unos años se ha unido una cuarta, la de reconsolidación.
La primera es el momento del aprendizaje, la segunda es
cuando lo aprendido se consolida y la tercera lo que logramos recordar.